jueves, 20 de octubre de 2011

TRUJILLO: Una ciudad al estilo mediterráneo.


Casas solariegas en un jirón,
del gran damero.


Los campanarios de la Iglesia Mayor.

El Gran Teatro Municipal.



Palacio Municipal,
frente a la Plaza Mayor
Mi familia llegó a la ciudad de Trujillo en la década del 60`. Mi padre siempre creyó que sería el mejor lugar donde vivir, yo por mi parte, lo discerní muchos años después. Cuando un pasajero conversa sobre la ciudad siempre termino diciendo: "Trujillo es una ciudad que no cambiaría por nada como lugar para vivir."


Sus calles, invitan al paseo,
para ver y ser vistos...

   A continuación doy mis razones. La primera tiene que ver con el carácter mediterráneo de la ciudad. Diseñada originalmente para que sus calles exhiban la apariencia de un damero de ajedrez, constituye la base de la excelente distribución geométrica de sus jirones.

  
    Sus casas solariegas en el centro cívico, son un ejemplo de la distribución arquitectónica que ostenta.

    
    A veces volvemos la espalda a las clásicas enseñanzas dadas al mundo desde las orillas del Mediterráneo, para maravillarnos ante los adelantos de otros continentes.

   
    Y nos engañamos suponiendo que saben vivir mejor que nosotros. Entendiendo por vivir mejor, claro está, al nivel de felicidad interior y a la capacidad para irradiarla a los demás.

Casonas solariegas en el gran damero.


    En la Edad Media, la vida urbana tenía lugar en las calles y, por consiguiente, las mejores habitaciones de una casa daban a ella y los patios ajardinados situábanse en el fondo de las viviendas, este es el modelo que exhiben las casonas situadas en el damero central de la ciudad de Trujillo-Perú.


    Nuestra ciudad fue levantada para el culto al diálogo, al pensar, al sentir, para el goce de pasear para ver y ser visto.




Frente a las grandes exposiciones urbanísticas que surgen en las grandes metrópolis, la ciudad de Trujillo antepone a tales brillantes espejismos la experiencia de múltiples siglos que han enseñado al orbe un estilo de vivir humano. Damos el justo valor a la torre del campanario, a la recoleta plaza, a nuestra Plaza Mayor dominguera y sus retretas para regocijo de sus habitantes.

La Plaza Mayor y su monumento
a la Libertad; de estilo clásico.


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