sábado, 3 de septiembre de 2011

TRES HISTORIAS SORPRENDENTES. Yo fuí el primer sorprendido.

     Me pongo a escribir, atizado por el feliz encuentro con un amigo quien me contó 3 historias sorprendentes. Juzgue usted amigo lector.

     Historia Nº 1.- Un buen día un niñito le dijo a su padre. " Papi, quiero que me compres un animalito para tenerlo de mascota. El papá dijo sorprendido: ¿Cómo? ¡Una mascota!  Sí papi ¿lo harías por mi? ¡Bueno, Bueno! respondió complaciente el padre, luego preguntó: ¿Qué animalito?  Un perrito, papi, respondió el niño.

    En la tienda, el niño le indicó al propietario su deseo. Con un sonoro silbido convocó a un grupo de perros, salieron en fila: un perro, una perra, dos perritos cachorros y finalmente, renguéando, arrastrando una patita, un tercer cachorrillo que dificilmente podía seguir a los anteriores. Apenas vio el niño al tercer cachorro lisiado, dijo sin vacilar: "ése es el que quiero" El tendero sorprendido, atinó a decirle: "Pero, este...está maltratadito, no juega ni salta ni corre, te será difícil soportarlo" El niñito insistió. El tendero agregó: "Bueno, este ejemplar te lo regalaré, te repito, no sirve para mascota"

     El niño insistió en pagarle lo poco que había recibido de su padre, pero le aseguró que seguiría juntando sus propinas para completar lo que él consideraba, un precio justo. El tendero no atinaba a comprender su interés. El niñito, se remangó el lado derecho de su pantaloncito y le enseñó su prótesis, con una serie de tornillos y agregados  que tenía en su extremidad inferior, luego le dijo:"¿Usted cree que no sirvo, que soy inútil y que no podré traer alegría a nadie? el hombre, con lágrimas en los ojos no encontraba palabras para pedirle perdón por su actitud . El niño agregó: " Y... no me lo regale, le pagaré por él" 

     Historia Nº 2.- Cuando nació la avecita que resultó ser polluelo de un halcón , el hombre, aficionado a criar este tipo de aves, observó, con el pasar de las semanas, que la cría pasaba largas horas posado sobre una rama del árbol sin atinar a ejecutar ningún tipo de acción para aprender a volar. Al hombre, pareciále que había nacido sin instinto para ello, llegó a pensar que la vida doméstica había influido negativamente en la avezuela

      Un buen día se encontró con su vecino, un granjero. Cuando lo hizo partícipe del dilema, el vecino le contestó:"No se preocupe vecino, déjeme a mi" Al cabo de un momento, mientras contemplaba la tarde  asomado a su ventana, vio al halconcillo volar raudo por los aires, aunque le extrañó ver que su vuelo era bajo y con gran alboroto de las alas, y que, después de unos instantes, ganaba altura gallardamente.

     Cuando preguntó sorprendido a su vecino por el secreto, le respondió impávido: "Muy sencillo, vecino, corté la rama donde se posaba"

     Historia Nº 3.- Un grupo de duendes se dijeron unos a otros: "Robemos la felicidad de los hombres y dejémoslos sin ella"

     Uno de ellos dijo: "Pero, el dilema sería ¿ Dónde la escondemos?
     Otro propuso:"Debajo del mar, o en lo alto de la más elevada montaña del mundo, o en otro planeta"
     Un tercero objetó: "Ni crean, la encontrarían, el hombre es muy hábil, de todas formas acabarían encontrándola"
     Un cuarto duende dijo:" ¡Ya sé! escondámosla dentro de ellos mismos!  pueden estar seguros  de que jamás la encontrarán.
     Y, desde entonces, el hombre se pasa la vida buscando la felicidad, sin siquiera  sospechas que la lleva dentro de sí mismo.

     Mi amigo me contó, así mismo, que las historias las había encontrado en el libro: "La culpa es de la vaca"

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