lunes, 22 de agosto de 2011

CREACIONISMO, HECHURA EX PROFESA Y TESTIGOS DE JEHOVÁ. Incongruencias dignas de considerarse.


     Consideraremos un aspecto del creacionismo, faceta que denominaremos "Hechura ex profesa", para determinar motivaciones, inter-relaciones y cuestiones que han afectado y aún afectan a la familia huma inmersa en dilemas sorprendentes.

     Pondremos un hecho sobre el tapete: violencia y docilidad son rasgos inherentes tanto del creador como de su acto creativo, coexisten en el entorno asignado al género humano, pero queremos hacer hincapié que tal premisa es aplicable a la interioridad o naturaleza innata del hombre. El desarrollo de cultura no ha desplazado la dualidad violencia-docilidad. Iniciemos el análisis con los seres que coexisten con el hombre: los animales.
    
     Para el efecto, separémoslos en 2 grupos básicos: en el primer grupo tenemos a los violentos, cruentos, de disposición asesina; en el segundo grupo los dóciles, mansos y tiernos. El primer grupo puede referirse a los que habitan en el continente africano, sin que la región tenga carácter privativo. Los evolucionistas afirman que la naturaleza los dotó de una serie de instrumentos corporales e instintos que inevitable debieron adquirir para sobrevivir.

     Los creacionistas afirman que fueron hechos inicialmente dóciles alimentándose de frutos, hierba y plantas ¡nada más incoherente! fueron hechos ex profesamente para atacar, desagarrar, mutilar, con instintos y reacciones fisiológicas especializadas. Sin embargo son caracteres que se manifestaron en un determinado momento histórico. ¿Por qué poner tales propiedades en la naturaleza de ésas criaturas si la intención original atendía a mansedumbre y docilidad?
    
     En occidente, el Creador, El Padre, El Señor, Jehová, Yhavé ó simplemente Yha es el iniciado de todo y los teólogos lo presentan como paradigma de la dulzura, la ternura, el amor y la abnegación.

     Los testigos de Jehová afirman que en el idioma hebreo antiguo el nombre implica el concepto: "Yo soy el que soy" para referirse a los diferentes papeles que asumió a medida que desplegaba su acto creacionista o sus proyectos en general, sin embargo lo dio a conocer tardíamente a un grupo reducido de personas en un acto discriminatorio que introdujo caos y oscurantismo en el resto de la sociedad al intentar entenderlo.

     De igual manera trajo a la existencia al segundo grupo, los dóciles: antílopes, ciervos, conejos, jirafas, ganado vacuno, ovejas, la lista puede ser tan extensa como lo es la del primer grupo. Los dóciles han co-existido con los primeros, en muchos casos, en el mismo hábitat.

     Desde el enfoque a que nos obliga el creacionismo, afirmamos: ambos grupos fueron hechos ex profesamente para co-existir. Unos para ser objeto de la violencia de los otros. Acto seguido, el hombre fue colocado entre ellos.
    
     ¡Racionalismo absurdo!  clamarán los creacionistas, aludirán a motivos "más altos que el pensamiento humano", sin embargo la dualidad violencia-docilidad está en la mismísima esencia del Creador, veámoslo.

     Trajo devastación local porque en ciertas criaturas humanas surgieron fallas biológicas que introdujeron error en el diseño original que las polarizaba como hombres y mujeres para fines de conservación de la especie, salvaguardando a un hombre llamado Lot y a su familia. Anteriormente había anegado la faz terrestre, destruyéndose los entornos o hábitat de animales y criaturas humanas en un intento por reconstruir una relación de sumisión a él. En aquella ocasión salvaguardó a: Noé y su familia.
    
     Mas tarde trató con sus descendientes semíticos (por la línea de uno de los hijos de Noé: Sem) y cuando la mayoría, dando paso a un sentir que emanó de su mismísima hechura, actuaron omitiendo tratos con el Creador, éste ordenó que unos pasaran la espada contra los otros.

     De hecho, la raza humana en general se enfrenta, desde el enfoque creacionista, al exterminio divino por que, en la naturaleza más íntima del hombre no hay un apego natural al Hacedor. La devoción abyecta de unos, por infinidad de razones cuestionables, es la excepción y no la regla .
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